Un día de la candelaria -ayer- medio triste: no hubo tamales, pues en mi oficina, fieles a esta nueva cochina costumbre de mover los aniversarios a su conveniencia, celebraron un día antes... el mismo día que acompañé a Ambrosio López a comer y celebrar un onomástico más en compañía de su familia y grandes amigos... rica la comida.
Y una reunión luego con gente de la polaca, luego entrenar, luego, soñar, soñar...
Mis palabras sean semillas de amor.
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