Dado que aún es aburridísmo y huevonesco sábado, los dejo con mi ponencia leída en el recién tercer Foro Cultura y Globalización organizado por la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Sin más preámbulos, los dejo con mi escrito y regresoa mi helado y cariñoso wiskol... ¡¡¡shalú!!!
CARRERAS ESCOLARIZADAS EN ARTE: UNA NECESIDAD REAL
La capacidad artística en los seres humanos es parte activa de su imaginario social, pues al tiempo que incide sobre él y lo cambia, asimismo cuestiona su proceder. De igual manera, es a través del arte que la sociedad se proyecta a futuro.
La necesidad de plantear carreras escolarizadas en arte no es algo extraordinario, dado que, no es simplemente una ocurrencia disparatada, sino el reconocimiento a la acción que los propios artistas generan sobre la sociedad.
Cabría puntualizar en este momento, que la tarea de una educación artística escolarizada no es, de ninguna manera, la de formar artistas. Éstos surgen con el tiempo y por su propia cuenta allá afuera, en el mundo, tal y como ha venido ocurriendo durante los últimos siglos. Antes bien, se trata de formar profesionales con un perfil de egreso adecuado, que cuenten con los argumentos y habilidades necesarios que los lleven a desempeñar un papel de acción, análisis y propuestas para una sociedad en constante cambio.
De esta manera, una carrera de Bellas Artes se convierte en una opción distinta y novedosa que permite que el ámbito académico potencie y desarrolle uno de los capitales más preciado y personal: la creatividad.
Si bien el estudio de las artes siempre se ha llevado a cabo, la escolarización y profesionalización del mismo supone esfuerzos importantes y necesarios para revalorar la aportación de los artistas en el devenir de las sociedades modernas.
De este modo, al estudio clásico de las artes se agrega el valor de las más modernas técnicas didácticas, de la diversidad de posibilidades tecnológicas y de una salida válida y concreta al mundo laboral, allí donde más falta hace el invalorable aporte de los creadores.
En la actualidad, nuestro estado tiene una muy escasa oferta de opciones de estudios profesionales relacionados con el arte. Academias de diferentes variedades de danza y de ballet son de los más socorridos ejemplos de educación artística a lo largo y ancho del estado. Igual sucede con las escuelas de música, en donde se puede aprender a ejecutar instrumentos, y con un poco de suerte, alguna formación musical básica. Distinta suerte comienzan a tener los aspirantes a actividades escénicas, que deben conformarse con grupos de teatro amateur de diferentes tipos de instituciones, principalmente escuelas. Ni siquiera mencionar los que aspiran a desarrollar habilidades literarias, plásticas, o cualquier otra disciplina.
Salvo las distintas especialidades a nivel licenciatura en música y educación artística por parte de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en su campus Tampico, cualquier otro intento de formación profesional en cuestiones artísticas en este estado, se ve trágicamente frustrado, debiendo emigrar a universidades de otros estados que sí cuentan con estas opciones.
Estos esfuerzos, más algunos otros esfuerzos aislados de algunas universidades particulares, suman una oferta final real que no logra impactar de manera significativa el panorama acerca de la profesionalización de los estudios artísticos mediante su escolarización.
Mediante la organización de un abordaje teórico al estudio de las artes y sus carreras afines y el diseño de currículas adecuadas, los estudiantes tamaulipecos podrían contar con más y mejores opciones de formación, adecuadas a los tiempos actuales.
Éstas opciones educativas deberán ser constituidas y planteadas dentro de parámetros que incluyan todos los aspectos necesarios de una formación básica, así como especializada, y sobre todo, un detallado estudio de perfiles de ingreso y egreso que garanticen la pertinencia de estas carreras en el acelerado mundo de la globalización.
A través de la escolarización y profesionalización de los estudios en artes, el arquetipo del artista greñudo, fumador, bebedor, drogadicto, con problemas existenciales e incomprendido, logrará quedar atrás, pues permitirá que el papel del creador o licenciado en arte tome la importancia debida dentro de cualquier comunidad.
De este modo, las carreras en artes y disciplinas afines y complementarias colaborarán de modo eficiente el cumplimiento de importantes propósitos como garantizar la formación de futuros artistas así como generar público consumidor de arte y espectáculos artísticos, lo cual siempre influye en la calidad de vida de los ciudadanos, pues explicar el mundo por medio de una vía que estimule las emociones es sumamente necesario en esta época globalizada, donde la rapidez de la información satura nuestra percepción.
Ante este panorama de gobalización, la cultura se convierte, ya se ha dicho, en puente y nexo, en camino de dos vías, donde cada vez más se necesitarán individuos sensibles y creativos que la incluyan desde su formación integral, hasta los que quieran dedicarse a cultivar las artes en cualquiera de sus múltiples expresiones, pasando por los gestores y organizadores culturales, los administradores de la cultura, productores, y en fin, toda la amplia gama de entes que se desenvuelven en el mundo de la cultura y las artes, y que necesitan de una sólida formación profesional que les permita cumplir de la mejor manera posibles las distintas tareas que les competen.
Es aquí donde el alma máter de este estado se encuentra ante la oportunidad de seguir siendo ejemplo y punta de lanza dentro de la formación de sus estudiantes, y continuar ofreciendo estudios a nivel licenciatura con enfoques novedosos, pertinentes y acordes a los vertiginosos tiempos de cambio que nos toca vivir mediante la oferta de carreras en disciplinas artísticas y actividades afines como la gestoría y promoción cultural.
Los artistas tamaulipecos confiamos en nuestra universidad, y seguros estamos de ser escuchados.
Lorena Illoldi
Cd. Victoria, enero 31, 2008.
La capacidad artística en los seres humanos es parte activa de su imaginario social, pues al tiempo que incide sobre él y lo cambia, asimismo cuestiona su proceder. De igual manera, es a través del arte que la sociedad se proyecta a futuro.
La necesidad de plantear carreras escolarizadas en arte no es algo extraordinario, dado que, no es simplemente una ocurrencia disparatada, sino el reconocimiento a la acción que los propios artistas generan sobre la sociedad.
Cabría puntualizar en este momento, que la tarea de una educación artística escolarizada no es, de ninguna manera, la de formar artistas. Éstos surgen con el tiempo y por su propia cuenta allá afuera, en el mundo, tal y como ha venido ocurriendo durante los últimos siglos. Antes bien, se trata de formar profesionales con un perfil de egreso adecuado, que cuenten con los argumentos y habilidades necesarios que los lleven a desempeñar un papel de acción, análisis y propuestas para una sociedad en constante cambio.
De esta manera, una carrera de Bellas Artes se convierte en una opción distinta y novedosa que permite que el ámbito académico potencie y desarrolle uno de los capitales más preciado y personal: la creatividad.
Si bien el estudio de las artes siempre se ha llevado a cabo, la escolarización y profesionalización del mismo supone esfuerzos importantes y necesarios para revalorar la aportación de los artistas en el devenir de las sociedades modernas.
De este modo, al estudio clásico de las artes se agrega el valor de las más modernas técnicas didácticas, de la diversidad de posibilidades tecnológicas y de una salida válida y concreta al mundo laboral, allí donde más falta hace el invalorable aporte de los creadores.
En la actualidad, nuestro estado tiene una muy escasa oferta de opciones de estudios profesionales relacionados con el arte. Academias de diferentes variedades de danza y de ballet son de los más socorridos ejemplos de educación artística a lo largo y ancho del estado. Igual sucede con las escuelas de música, en donde se puede aprender a ejecutar instrumentos, y con un poco de suerte, alguna formación musical básica. Distinta suerte comienzan a tener los aspirantes a actividades escénicas, que deben conformarse con grupos de teatro amateur de diferentes tipos de instituciones, principalmente escuelas. Ni siquiera mencionar los que aspiran a desarrollar habilidades literarias, plásticas, o cualquier otra disciplina.
Salvo las distintas especialidades a nivel licenciatura en música y educación artística por parte de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en su campus Tampico, cualquier otro intento de formación profesional en cuestiones artísticas en este estado, se ve trágicamente frustrado, debiendo emigrar a universidades de otros estados que sí cuentan con estas opciones.
Estos esfuerzos, más algunos otros esfuerzos aislados de algunas universidades particulares, suman una oferta final real que no logra impactar de manera significativa el panorama acerca de la profesionalización de los estudios artísticos mediante su escolarización.
Mediante la organización de un abordaje teórico al estudio de las artes y sus carreras afines y el diseño de currículas adecuadas, los estudiantes tamaulipecos podrían contar con más y mejores opciones de formación, adecuadas a los tiempos actuales.
Éstas opciones educativas deberán ser constituidas y planteadas dentro de parámetros que incluyan todos los aspectos necesarios de una formación básica, así como especializada, y sobre todo, un detallado estudio de perfiles de ingreso y egreso que garanticen la pertinencia de estas carreras en el acelerado mundo de la globalización.
A través de la escolarización y profesionalización de los estudios en artes, el arquetipo del artista greñudo, fumador, bebedor, drogadicto, con problemas existenciales e incomprendido, logrará quedar atrás, pues permitirá que el papel del creador o licenciado en arte tome la importancia debida dentro de cualquier comunidad.
De este modo, las carreras en artes y disciplinas afines y complementarias colaborarán de modo eficiente el cumplimiento de importantes propósitos como garantizar la formación de futuros artistas así como generar público consumidor de arte y espectáculos artísticos, lo cual siempre influye en la calidad de vida de los ciudadanos, pues explicar el mundo por medio de una vía que estimule las emociones es sumamente necesario en esta época globalizada, donde la rapidez de la información satura nuestra percepción.
Ante este panorama de gobalización, la cultura se convierte, ya se ha dicho, en puente y nexo, en camino de dos vías, donde cada vez más se necesitarán individuos sensibles y creativos que la incluyan desde su formación integral, hasta los que quieran dedicarse a cultivar las artes en cualquiera de sus múltiples expresiones, pasando por los gestores y organizadores culturales, los administradores de la cultura, productores, y en fin, toda la amplia gama de entes que se desenvuelven en el mundo de la cultura y las artes, y que necesitan de una sólida formación profesional que les permita cumplir de la mejor manera posibles las distintas tareas que les competen.
Es aquí donde el alma máter de este estado se encuentra ante la oportunidad de seguir siendo ejemplo y punta de lanza dentro de la formación de sus estudiantes, y continuar ofreciendo estudios a nivel licenciatura con enfoques novedosos, pertinentes y acordes a los vertiginosos tiempos de cambio que nos toca vivir mediante la oferta de carreras en disciplinas artísticas y actividades afines como la gestoría y promoción cultural.
Los artistas tamaulipecos confiamos en nuestra universidad, y seguros estamos de ser escuchados.
Lorena Illoldi
Cd. Victoria, enero 31, 2008.
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