Hace pocos días Calderón insistió en que México es mucho menos violento que otros países de la región, ya que la tasa de crímenes por cada 100,000 habitantes es inferior a la de Brasil, Colombia o Venezuela.
"Es un problema de percepción que tenemos que corregir", precisó.
Pero las víctimas de secuestros, extorsiones, asesinatos e impunidad en los llamados "focos rojos" del país, donde los carteles imponen su propia ley, sólo conocen el miedo y la impotencia de vivir bajo el imperio de los narcotraficantes.
Y aunque el gobierno dice que la mayor parte de los muertos son narcotraficantes, cuyos cuerpos nadie reclama, vale la pena recordar que muchos de esos presuntos narcotraficantes son jóvenes provenientes de zonas pobres que fueron empleados por las organizaciones criminales al no tener ninguna esperanza de desarrollo.
Analistas plantean que si las elecciones presidenciales fueran hoy, el PRI tendría altas probabilidades del volver al poder, pero como aún faltan tres años para los comicios, todavía pueden producirse sorpresas, tal como ocurrió en 2006, cuando todos daban por ganador al candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, y finalmente la historia se escribió de otra manera.
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