La verdad, creo que el cambio es bueno, además de que me permite volver a escribir con gusto y tranquilidad; eso de no saber dónde quedaban mis entradas era muy de Alice in Wonderland pero poco de mi agrado...
Degusto placenteramente un rollo de guayaba relleno de cajeta, oriundo de Celaya, Guanajuato, cuna de la Independencia junto con otro montón de pueblecillos a cual más de primoroso: se lo digo yo, que acabo de andar por allá, chulo, pródigo, bonito todo, verdad de Dios...
Eso sí, Dios es más que mentado por aquellos lares, razón por la cual una exégeta como yo prefiere estos norteños y muy liberales horizontes. Digo yo... lo que por cierto, me lleva a decirles que
le pica para ir a la página del portal HOYTAMAULIPAS que hospeda mi columna correspondiente a este inicio de semana.
Mucho por escribir, gracias a Dios/a; acabo de terminar algo que la verdad me quedó simpático. Ligero pero con sustancia. O sea, sabroso; como debe ser todo en la vida: rico, delicioso...
Gracias a cualquiera que aún se atreva a mantener vivo este blog junto conmigo, que me declaro ahora sí presta a reanudar el recuento de algunos momentos de estos días bellos que nos tocan vivir. Disfrutémoslos...
Luego vengo.
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