Nada más que mis locuras y loqueras, las cuales van desde lo sublime hasta lo más cotidiano, pasando por lo raspa, naco y extraordinario. Que caray, este blog es como la vida misma. La mía, al menos.
La cuenta de los días se suceden: hojas de calendarios que caen y no vuelven jamás a su lugar original, miríada de segundos que se desploman sobre nuestros huesos convirtiendo todo en nada, en lo que fue y no será.
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