Y NADA.

Y nada.
Ayer conduje por espacio de dos horas continuas por toda la puta ciudad; del 6 Carrera hasta la secundaria 4; de ahí hasta el Fraccionamiento Lomas de Calamaco, o mejor conocida en el pueblo como Lomas de Ancalamadre... En seguida, fui a dejar cargamento hasta el Fraccionamiento San Luisito, allá por el 16 pa'dentro. Pa' dentro me dieron cuando desde ahí me dirigí otra vez al 6 carrera y de ahí al Fraccionamiento San Alberto (por Teocaltiche, rumbo al Campestre) que es donde vivo, a dejar otra parte de la carga y de ahí hasta el 31 y 31 Privada Iturbide, casa de la Gorda Belisaria, lugar al que llegue dos horas exactas después de iniciado el trayecto (largo) y finalmente me pude beber una caguamita.

No pinches mames, me cae.
Diariamente conduzco un buen, un pinche buen.
Todos los días transito largas y amplias avenidas, recorriendo vías de alta velocidad: libramientos, salidas a carreteras, boulevares, etc. Todos los días paso por Carrera Torres, por Hombres ilustres, por el libramiento; me paseo tan seguido por el bule de la Paz, por la ampliación del viejo Boulevard allá por la Normal, ya conocí la otra ampliación de la ampliación mencionada que ahora sale hasta por allá por la PGR... y qué decir de la avenidita que corta por atrás del Vado y sale hasta la calle Río Frío entronque con Calzada Gral. Luis Caballero.

Y ya estoy bien hasta la madre de tener que ir a dejar a Uhmarraca asesina hasta la libertad y retacharme sola hasta mi casa, no sin antes recorrer a todo lo largo esas avenidas que empiezan llamándose de un modo allá por el TEC y se junta con Hombres Ilustres y se sigue en la Paz...

Ay, nada.

Odio conducir. Pero claro, odiaría aún más andar a pata en este bendito pueblo grandote que no tiene buen servicio de transporte público.

Es todo, gracias por tolerar el exabrupto.

Pinches carros.