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jueves, enero 07, 2010

A propósito de los centenarios y sus celebraciones... algunas curiosidades dignas de ser contadas.

1 Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero no desfilaron juntos el 27 de septiembre de 1821. Al frente del ejército marchó Iturbide. En la retaguardia, al mando de la última división del contingente venía Guerrero.



2 A diferencia del resto del ejército Trigarante que iba perfectamente uniformado, las tropas de Guerrero no contaban con uniformes para el desfile. Para salvar el escollo fue necesario utilizar, de último momento, los uniformes del Cuerpo Urbano de Comercio de la ciudad de México.



3 Según cuenta el cronista Artemio del Valle-Arizpe, Iturbide modificó la ruta del desfile triunfal para pasar frente al balcón de la famosa güera Rodríguez y saludarla



4 En el acta de independencia firmada el 28 de septiembre de 1821, se establece que México nacía a la vida independiente como Imperio. Luego de la caída del emperador Iturbide (1823), el acta de independencia fue reformada y en lugar de decir “Imperio”, se estableció el término “República”. Por eso se dice que México cuenta con “dos” actas de independencia.



5 Paradójicamente, ninguno de los viejos insurgentes como Guerrero o Victoria -los que habían combatido desde los primeros tiempos de la lucha-, firmó el acta de independencia. Los firmantes fueron los criollos cercanos a Iturbide.



6 Al momento de consumarse la independencia en septiembre de 1821, con respecto a la bandera la Junta provisional gubernativa estableció que: “las faxas de colores verde, blanco y encarnado del pabellón deberían ser trasversales para que la faxa blanca dé más campo en que dibujar el Águila”. Sin embargo, la propuesta no llegó a concretarse pues, el 2 de noviembre de 1821, por decreto se estableció que “… el pabellón nacional y banderas del ejército deberán ser tricolores, adoptándose perpetuamente los colores verde, blanco y encarnado en fajas verticales, y dibujándose en la blanca el águila coronada”.



7 Meses después de consumada la guerra de Independencia en el año de 1821, Agustín de Iturbide se proclamó emperador de México. Correspondió al diputado por Puebla, Rafael Mangino, coronar a Agustín I (21 de julio de 1822), con las siguientes palabras: "... que la siguiente Dignidad a la que la Nación os eleva, tiene solamente por objeto la conservación, el bien y la felicidad de la misma y de cada uno de sus individuos. Sabed, señor, que vuestra augusta persona es y será siempre sagrada e inviolable, para que podáis conducir con más acierto el estado, proteger vuestro súbditos y ser verdaderamente el Padre de vuestros pueblos; pero no olvidéis que ese gran poder que la Nación pone en vuestras augustas manos tiene por límites la Constitución y las leyes".



8 Proclamado el Imperio Mexicano se organiza una comisión especial para determinar las características de la nueva moneda por acuñar y que debía dar cuenta de la legitimidad “divina” y “constitucional” del nuevo emperador. La disposición decía que: "En el anverso de la moneda se pondrá el busto del Emperador á la heroica, coronado de laurel. En la circunferencia llevará esta inscripción: 'Agustinus, Dei povidentia' y al calce la fecha del año actual [1822 y 1823]. Al reverso se pondrán las armas nacionales, esto es, sobre el nopal el águila con la corona imperial en actitud de volar. En la circunferencia se leerá: Mexici primus Imperator constitucionalis'.



9 Meses después de la caída de Iturbide, el 19 de julio de 1823, el Congreso declaró beneméritos de la Patria a Hidalgo, Morelos, Allende, Aldama, Jiménez, Abasolo, Galeana, Matamoros, a los Bravo, Moreno y a Mina y se ordenó el traslado de sus restos a la capital de la república para depositarlos con todos los honores en la Catedral. A pesar de haber sido el consumador de la Independencia, Iturbide fue repudiado por haberse coronado emperador y un año después fue fusilado.




10 Agustín de Iturbide, responsable de la Consumación de la Independencia, es el único caudillo cuyos restos no se encuentran en la Columna de la Independencia, sino en la capilla de San Felipe de Jesús en la Catedral de la ciudad de México.


lo anterior fue tomado de aquí

2 comentarios:

Perséfone dijo...

Muy interesantes datos xD A propósito del bicentenario me he acordado del libro de Ibargüengoitia, el de los Pasos de López, balconea a uno que otro prócer de la independencia, aunque claro es una novela histórica, con licencia pues...

Saludos!

Lorena Illoldi dijo...

Sí, sí... la acabo de leer a propósito de la comedia musical que estoy escribiendo...

esos proceres eran gente de carnita y hueso, justo como nosotros...

talleeeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrr