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jueves, diciembre 23, 2010

En internet y en los foros académicos, el clamor es similar. Las novedosas normas que incluye la nueva edición de la Ortografía de la lengua española confunden a todo el mundo. Tras su presentación el jueves en el salón de plenos de la Real Academia Española (RAE) en Madrid y el viernes en un acto oficial presidido por los príncipes de Asturias, los 85.000 ejemplares de la primera Ortografía panhispánica están ya en las librerías españolas y la semana que viene se pondrán a la venta en la América hispana. Espasa es el sello que lanza esta obra que se ha consensuado a ambos lados del Atlántico y donde las reglas ortográficas se asientan en tres principios: el fonético, la etimología de las palabras y su uso, que es «soberano», según declaró en la presentación Víctor García de la Concha en su último acto como director de la RAE, arropado por representantes de las 22 academias de todo el mundo, de México a Filipinas.

Correo electrónico
Muy llamativo es el interés que la nueva Ortografía tiene por salvar la brecha tecnológica y lanzar sus redes a los móviles, los teléfonos inteligentes, los chats y mensajes cortos, donde permite ciertas licencias, como las abreviaciones, porque es consciente de que la rapidez y la economía son factores determinantes. Así, se admite prescindir de las mayúsculas en los sms pero no en los correos electrónicos, donde se deben «aplicar con rigor las normas ortográficas».

Mayúsculas
También han generado una gran polémica los nuevos usos de mayúsculas y minúsculas. La nueva obra dedica a este tema casi 80 páginas donde se establece que no se podrán escribir con mayúscula inicial las fórmulas de tratamiento y los sustantivos que designan cargos y títulos nobiliarios, dignidades y cargos (ya sean civiles, militares, religiosos, públicos o privados), por lo que habrá que poner sencillamente majestad, el rey o el papa. También hay que evitar la mayúscula inicial en don, doña, fray, santo, excelencia, señoría o vuestra merced, aunque se admite en los tratamientos protocolarios de las más altas dignidades (su santidad, su majestad, su excelencia), pero sólo cuando no van seguidos del nombre propio: «La recepción a Su Santidad será en el palacio arzobispal». Pero «es obligada la minúscula» en «Esperamos la visita de su santidad Benedicto XVI». Sin embargo, los personajes de ficción irán siempre con mayúscula (Aureliano Buendía, Juanita la Larga, Harry Potter, Mafalda) y también lo harán aquellos formados por nombres comunes: Caperucita Roja, el Gato con Botas, la Ratita Presumida.

Extranjerismos

La nueva normativa señala que todas las palabras procedentes de otras lenguas se adaptarán modificando su grafía originaria y prescindiendo de las letras que no tienen reflejo en esa pronunciación. Así, ahora se escribirá yudo, pirsin, cáterin, sexi o mánayer. Lo mismo vale para los nombres propios, como por ejemplo Chaikovski en lugar de Tchaikovski.

Tilde en monosílabos
Ha sido uno de los apartados que más polémica ha causado. Si hasta ahora la RAE permitía la escritura con tilde de algunos de ellos, a partir de ahora deberán obligatiramente desprenderse de ella. Guión, huí, Sión, truhán o fié son palabras que, salvo para que sirvan como ejemplo de las modificaciones, deberán escribirse siempre sin tilde.

Tildes y ambigüedad
Éste ha sido otro de los cambios que ha encontrado más oposición, hasta tal punto que la RAE finalmente rebajó lo que inicialmente impulsó como norma a la condición de sugerencia. Tras introducir este matiz, sólo y solo serán dos formas igualmente correctas, aunque los académicos siguen recomendando que tanto solo como el resto de los pronombres demostrativos se escriban sin tilde incluso en posibles casos de ambigüedad.

Prefijo ex
Esta partícula queda homologada al resto de los prefijos. De este modo, ex se escribirá unido a la base a la que acompañe cuando ésta sea una palabra simple (expresidente, exmarido, exjugador...) aunque separado cuando la expresión esté constituida por varias palabras (ex alto cargo, ex capitán general, ex presidente de la Diputación).

Las letras cambian, el abecedario mengua
Durante el proceso de estudio y debate de estos cambios, el propio García de la Concha admitió a su homólogo chileno que era «demasiado mayor para llamar ye a la i griega». Ésta fue sin embargo otra de las modificaciones aprobadas en esas sesiones, aunque a la vista de las fricciones que han provocado, la RAE ha dado marcha atrás. Finalmente podrá decirse i griega o ye, y podrá elegirse entre referirse a la v como uve o como b corta, como es llamada en muchos países de la América hispana. Con todo, los académicos advierten de que su propósito para el futuro es fijar las denominaciones simples. Por otro lado, desaparecen del alfabeto (cuyas letras son oficialmente 27) la Ch y la Ll, que desde 1999 no eran consideradas por la RAE como letras en sí, sino como signos ortográficos compuestos por dos letras.

Expresiones
La nueva Ortografía contiene también un amplio listado de expresiones que, con frecuencia, se escriben de distinta forma, por lo que la norma recién aprobada aconseja con claridad cuál es el uso más conveniente. Así, es mejor decir a cal y canto que a calicanto; a machamartillo es preferible a a macha martillo; a tocateja y no a toca teja; aprisa es mejor que a prisa; contrarreloj y no contra reloj y, como se acercan las Navidades, conviene saber que lo correcto es escribir Nochebuena y Nochevieja.

TOMADO DE AQUÍ

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