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jueves, septiembre 27, 2012


Desamor

¡Qué bosque -cómo oprime- tan oscuro!
Ganas de sacudir los árboles
para que caiga aquella luz
que se quedó enredada
entre las ramas últimas.
-Ella se quedaría, esclava,
trémula entre los dedos de Josué
detrás del horizonte, sin remedio-.

¡Luz de ayer, luz de ayer,
lluévete, vertical, a mi memorial
¡Rompe las rejas de los troncos,
horizontal luz de mañana!

Gilberto Owen

miércoles, septiembre 26, 2012


Agua, no huyas de la sed, detente...
¡Agua, no huyas de la sed, detente!
Detente, oh claro insomnio, en la llanura
de este sueño sin párpados que apura
el idioma febril de la corriente.

No el tierno simulacro que te miente,
entre rumores, viva; no madura,
ama la sed esa tensión de hondura
con que saltó tu flecha de la fuente.

Detén, agua, tu prisa, porque en tanto
te ciegue el ojo y te estrangule el canto,
dictar debieras a la muerte zonas;

que por tu propia muerte concebida,
sólo me das la piel endurecida
¡oh movimiento!, sierpe que abandonas.


 José Gorostiza

martes, septiembre 25, 2012


Paz
No nos diremos nada. Cerraremos las puertas.
Deshojaremos rosas sobre el lecho vacío
y besaré, en el hueco de tus manos abiertas,
la dulzura del mundo, que se va, como un río...


 Jaime Torres Bodet

lunes, septiembre 24, 2012


Confianza

Esta noche tu amor me penetra
como llanto de lluvia en negrura,
o, más bien, ese ritmo sin letra
que de un verso olvidado perdura;

y me torna profundo y sencillo
como el oro del sol tamizado
que renueva, en hipnótico brillo,
el barniz de algún cuadro apagado.


Jaime Torres Bodet

domingo, septiembre 23, 2012


Canción de las voces serenas

Se nos ha ido la tarde
en cantar una canción,
en perseguir una nube
y en deshojar una flor.

Se nos ha ido la noche
en decir una oración,
en hablar con una estrella
y en morir con una flor.

Y se nos irá la aurora
en volver a esa canción,
en perseguir otra nube
y en deshojar otra flor.

Y se nos irá la vida
sin sentir otro rumor
que el del agua de las horas
que se lleva el corazón...

 Jaime Torres Bodet

sábado, septiembre 22, 2012


Nocturno de amor
                                                       A Manuel Rodríguez Lozano
El que nada se oye en esta alberca de sombra
no sé cómo mis brazos no se hieren
en tu respiración sigo la angustia del crimen
y caes en la red que tiende el sueño.
Guardas el nombre de tu cómplice en los ojos
pero encuentro tus párpados más duros que el silencio
y antes que compartirlo matarías el goce
de entregarte en el sueño con los ojos cerrados
sufro al sentir la dicha con que tu cuerpo busca
el cuerpo que te vence más que el sueño
y comparo la fiebre de tus manos
con mis manos de hielo
y el temblor de tus sienes con mi pulso perdido
y el yeso de mis muslos con la piel de los tuyos
que la sombra corroe con su lepra incurable.
Ya sé cuál es el sexo de tu boca
y lo que guarda la avaricia de tu axila
y maldigo el rumor que inunda el laberinto de tu oreja
sobre la almohada de espuma
sobre la dura página de nieve
No la sangre que huyó de mí como del arco huye la flecha
sino la cólera circula por mis arterias
amarilla de incendio en mitad de la noche
y todas las palabras en la prisión de la boca
y una sed que en el agua del espejo
sacia su sed con una sed idéntica
De qué noche despierto a esta desnuda
noche larga y cruel noche que ya no es noche
junto a tu cuerpo más muerto que muerto
que no es tu cuerpo ya sino su hueco
porque la ausencia de tu sueño ha matado a la muerte
y es tan grande mi frío que con un calor nuevo
abre mis ojos donde la sombra es más dura
y más clara y más luz que la luz misma
y resucita en mí lo que no ha sido
y es un dolor inesperado y aún más frío y más fuego
no ser sino la estatua que despierta
en la alcoba de un mundo en el que todo ha muerto.


 Javier Villaurrutia

viernes, septiembre 21, 2012


Nuestro amor
Si nuestro amor no fuera,
al tiempo que un secreto,
un tormento, una duda,
una interrogación;
si no fuera una larga
espera interminable,
un vacío en el pecho
donde el corazón llama
como un puño cerrado
a una puerta impasible;
si nuestro amor no fuera
el sueño doloroso
en que vives sin mí,
dentro de mí, una vida
que me llena de espanto;
si no fuera un desvelo,
un grito iluminado
en la noche profunda;
si nuestro amor no fuera
como un hilo tendido
en que vamos los dos
sin red sobre el vacío;
si tus palabras fueran
sólo palabras para
nombrar con ellas cosas
tuyas, no más, y mías;
si no resucitaran
si no evocaran trágicas
distancias y rencores
traspuestos, olvidados;
si tu mirada fuera
siempre la que un instante
-¡pero un instante eterno!-
es tu más honda entrega;
si tus besos no fueran
sino para mis labios
trémulos y sumisos;
si tu lenta saliva
no fundiera en mi boca
su sabor infinito;
si juntos nuestros labios
desnudos como cuerpos,
y nuestros cuerpos juntos
como labios desnudos
no formaran un cuerpo
y una respiración,
¡no fuera amor el nuestro,
no fuera nuestro amor!

Javier Villaurrutia

domingo, septiembre 16, 2012



La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de1821.

El movimiento independentista mexicano tiene como marco la Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII. Por esa época la élite ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de Españacon sus colonias. Los cambios en la estructura social y política derivados de las reformas borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en Nueva España, también generaron un malestar entre algunos segmentos de la población.

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sábado, septiembre 15, 2012


 los árabes hicieron de transmisores de nuevos logros culturales: aprendieron la técnica china, la perfeccionaron utilizando trapos de lino en vez de fibra vegetal, y en el siglo XI establecían sus primeras fábricas de papel en España. Cien años después, el invento había pasado a ]os países de Occidente y en Italia se comenzaba a manufacturar un papel de excelente calidad.

LETRA K incluida en un cuadro de relaciones geométricas, que rigen la armonía del cuerpo humano.
En cuanto a la tinta, ya los egipcios usaban el negro de humo para preparar un líquido de intenso color negro-azulado, que ha resistido los milenios, sin palidecer, como lo comprueban los restos de sus papiros. Pero la "tinta china", como su nombre lo indica, fue también fruto del ingenio oriental, y se cree que su descubrimiento se remonta al año 3000 a.C. Los monjes europeos que transcribían incansablemente el texto de evangelios y sermones, también elaboraron nuevos compuestos químicos, que hacían más permanente el fruto de sus labores, y después de la invención de la imprenta en Occidente sus investigaciones servirían de base para preparar tintas tipográficas cada vez más perfectas.
La fatiga, que significaba copiar a mano, una y otra vez, los mismos textos hizo surgir, ya en el siglo III, la idea de grabar los signos sobre una plancha de madera, empaparla de alguna sustancia colorante y prensarla repetidas veces sobre hojas de pergamino. El sistema llamado xilografía fue usado por los fabricantes de paño egipcios, en el siglo VI, y por los artesanos italianos, en el siglo XII; también se utilizó para ilustrar con grabados la famosa "Biblia de los Pobres" de Heidelberg (s. XV), una especie de historieta dibujada con el texto añadido a mano. Pero el sistema requería grabar en la plancha todo el contenido de una página, y la matriz comenzaba a resquebrajarse al cabo de muy poco tiempo. El paso siguiente, tipos móviles, con los que podían formarse las palabras para después desarmar la página y volverlos a usar en otras combinaciones, sólo sería dado por Gutenberg.
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viernes, septiembre 14, 2012

"Lo peor que puede pasarle a un hombre es llegar a pensar mal de sí mismo" 
Johann Wolfgang von Goethe.

"Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos". Honoré de Balzac

"Nuestro mayor orgullo no ha de ser el no haber fracasado nunca, sino, en cambio, el habernos puesto de pie cada vez que hayamos caído". 
Confucio

"El perfecto valor consiste en hacer sin testigos lo que serías capaz de hacer ante todo el mundo" 
François de la Rochefoucauld

jueves, septiembre 13, 2012

"Hago más caso del testimonio de mi conciencia que de todos los juicios que los hombres hagan de mi". 
Cicerón

"Quien poco piensa, mucho yerra". 
Leonardo Da Vinci

"La ignorancia afirma o niega rotundamente, la ciencia duda". 
Voltaire

"Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones".
Oscar Wilde

"La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente". Albert Einstein

miércoles, septiembre 12, 2012


DIGO YO… desde el Solana
Agosto, 2012, Tampico, Tam.


LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi


EL FILÓSOFO DE GÜEMEZ


Bajo la dirección del maestro Carlos Valdez, Colectivo Trueque presenta un ágil y divertido montaje que tuvo como punto de partida la investigación realizada por el Dr. Ramón Durón Ruíz, devoto investigador que a lo largo de varios años ha trabajado en pro del rescate de la picardía mexicana encarnada en el personaje del “Filósofo de Güémez”, epítome del ingenio y humor norestense.


Con una propuesta sencilla, sin falsas pretensiones, el juvenil cuerpo de actores sale a entregarse por completo la fiesta de la risa, que como el simbólico juego de máscaras que representan al teatro, ofrece en la carcajada sincera la posibilidad de catarsis que sana y cura.


Trazos pulcros marcan el ritmo; utilería que sin gratuidad justifica su permanencia en el escenario; coreografías y manejo de los objetos que dibujan las historias en las que el filósofo va resolviendo e impartiendo justicia haciendo uso de la sabiduría del sentido común, música en vivo que conecta con el espectador y traslada la familiaridad de lo cotidiano al teatro, el cual, para una inmensa mayoría, resulta ser lejano y atemorizante, y que gracias a montajes eficaces como el presenciado, seguramente volverán a futuras citas, atrapados y seducidos por la magia del fenómeno escénico.


Como posibilidad de perfección del trabajo, un mayor énfasis y rigor en la dicción permitirá evitar que en medio de la algarabía se pierdan fragmentos de los agudos refranes, para consolidar el montaje como feliz y elevada oda a la vida, mostrando a cuantos puedan el lado brillante del espíritu del tamaulipeco, su humor e ingenio, invocándolo como la mejor arma para enfrentar el caos de estos nuestros días, y erguirnos así victoriosos, salvos y felices.


martes, septiembre 11, 2012


DIGO YO… desde el Solana
Agosto, 2012, Tampico, Tam.
LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi

AJUSTE DE CUENTAS

“Ajuste de Cuentas”, de Armando Mancilla, es un breve y eficaz texto parte de una trilogía que puede ser abordada en fragmentos o como unidad, y que retrata en fugaz instantánea una más de las múltiples facetas del poliedro del narcotráfico en el norte mexicano.

Situada en el interior de una cantina, en breves pinceladas Mancilla traza la ruta y delinea a los personajes que habrán de recorrerla en raudo remolino. El oscuro bar se convierte en el último santuario visitado por un peregrino herido de rabia, próximo a concluir el camino por la vida a manos de un amigo, casi hermano, víctimas de ajenos ajustes de cuentas, tornados ambos en gastada moneda para pagar las deudas de otros, los de arriba.

Escondido entre los pliegues de lo cotidiano, el terror se comienza a adivinar en la mesera que soporta resignada los requiebros del viejo sátiro, pensando solo en el dinero que de su asco obtendrá, participando así en el juego del trueque con lo único de valor que le queda, que es ella misma.

Los dos protagonistas, compañeros de correrías, amigos de tanto tiempo, casi, casi hermanos, han elevado su amor fraterno a la máxima categoría del ideario del macho mexicano: el compadre, figura por antonomasia para condensar el más alto grado de intimidad y confianza entre dos hombres.

A la mesa, entre licor y humo, con la rocola regalando alegres notas, los dos compadres se aprestan a jugarse el orgullo, el alma y hasta la vida en una macabra jugada de dominó, que como todo juego de azar, permite a cada uno de los combatientes casi sostener el triunfo por instantes, quedando siempre a merced de la suerte y el destino.

Como dos viejos gallos de pelea se cocorean esplendiendo sus alas, atrayendo el triunfo mediante cantos y alardes, buscando convencer uno al otro de las ventajas de una posible rendición que permita que ambos queden tablas durante esa última partida.

Apunte brevísimo de los intrincados y retorcidos rincones de la corrupción en Tamaulipas, la historia contada concluye en un meteórico desenlace en el que la muerte cumple su cometido y se escapa como suele hacerlo a diario en estas tierras, rápida, movidita, sin hacer tanto aspaviento, saliendo apresurada a cumplir su misión en algún otro punto de la geografía norestense que ha tomado por hogar.


lunes, septiembre 10, 2012


DIGO YO… desde el Solana
Tampico, Tam., agosto 2012


LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi


MEDEA ANTES DEL VIAJE

“Medea antes del viaje”, de Medardo Treviño, es un montaje que en la paráfrasis de una de las más grandes historias de la tragedia griega, establece con certera claridad las aristas en la naturaleza humana que hermanan a seres lejanos miles de años en tiempo y distancia y que sin embargo comparten la misma suerte de penurias tanto como la brutal manera de reaccionar frente a ellas.


Madurez en la dramaturgia, madurez en la dirección y madurez en los protagonistas, nos brindan una puesta en escena que se dispara y aleja en direcciones novedosas e insospechadas de la poética del trabajo del maestro Treviño, que en esta hechura nos regala lo más decantado de su producción artística, con una propuesta ética y estética de valor, compromiso y calidad.


La pareja de protagónicos, López y De la Sancha, dan testimonio de la veracidad que se logra cuando el actor arremete la historia como toro embravecido, pletórico de energía y fuerza, sosteniendo el dominio de su instrumento actoral en el rigor del trabajo integral de cuerpo, mente y espíritu a disposición del personaje, sin soslayar la bifrontalidad indispensable en el intérprete que jamás puede olvidar a su público.


Con una santísima muerte que es madre y nodriza y cuidadora y sombra que roba y da vida, la corporización del ánima de ánimas hiela la sangre con la extraordinaria representación de Areli, quien danza según su ánimo sobre las personas, jugando a hacerles favores para luego cobrárselos acremente.


El coro, espectral acompañante de la siempre sola, fungen como hijos, achichincles, sirvientes, interlocutores y conciencia, víctimas y victimarios en los sueños de Medea, quien nunca sabe si la pesadilla que padece está sucediendo en ese momento, si acaso es un pertinaz recuerdo o tan solo el amargo augurio y cruel recordatorio de estar condenada a sufrir a causa de los hombres en su vida.

Medea, reina, bruja, hembra o cualquier cosa en la que desee transformarse, nos arrastra con ella a sus viajes internos y externos, que la llevan por retorcidos caminos y abismos alfombrados de sangre y cuerpos, convirtiéndola paulatinamente en un monstruo que termina por devorar a sus hijos nonatos, a su humanidad y a cuanto obstáculo o deseo se le ponga enfrente, ocupada únicamente en saciar su ira y consumar su venganza.


Una iluminación que enmarca sin distraer el diseño visual coherente y mesurado, el cual tiene aciertos espléndidos como los vestuarios y utilería que vuelven al actor escenografía y personaje con precisas transiciones y concisas secuencias coreográficas.


Es la sonorización de todo el montaje el que ocupa ajustes que la lleven a los altos niveles de eficacia de otros elementos escénicos -como por ejemplo la canción del despecho-, y que dada la melancolía de la canción y el acordeón que se adivina, remite al tango antes que a la canción bravía norestense, como la ya bien utilizada en la grandiosa secuencia de la muerte bailando con Jasón.


Me quedo con las ganas de que el coro explore aún más las posibilidades de volumen y matices de voz y actuación que la propia diversidad de personajes les ofrece, y que amplíe el rango de efectos y variaciones en sus actuaciones múltiples, para que su ejecución y dominio de la palabra hablada se equipare al de sus magníficas voces al entonar los himnos y cantos que acompañan su larga y tortuosa travesía.


Desde una estructura que, como la serpiente milenaria se muerde a sí misma la cola en salvajes espasmos, Medardo cierne el terrible peso de la tragedia como sino ineludible ante nuestras estupefactas conciencias y logra con ello cimbrar al espectador, provocando que pase del horror y el miedo, de la indignación y la vergüenza, del olvido o la indiferencia, hasta la profunda revelación de la posibilidad de que cada uno de nosotros puede tomar el destino en sus manos, antes que seguir dejándolo al arbitrio de patéticos aspirantes a dioses.


domingo, septiembre 09, 2012


DIGO YO… desde el Solana
Tampico, Tam., agosto 2012


LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi


EN EL DESIERTO NO HAY SIRENAS


Con un ejemplo más de la dramaturgia surgida del pasmo de vivir y ser frontera, Edoardo Torres presenta otro ángulo del del abandono, mostrando los entretelones en la historia de una pareja fragmentada a golpe de miseria, abusos y desesperanza.

Un extraño visita un fantasmal pueblo a tratar de reconstruir a partir de la memoria los rostros que se han ido, para contarlo a su vez a los que solo imaginan el horror como algo ajeno, mediante frías y metódicas entrevistas a quienes se quedaron, secos y polvosos espectros, mujeres en eterna espera de los que ya no están.

Es la voz del hijo/marido ausente, la que nos deja saber el lento deterioro en los expatriados, distantes y difusos, que de a poco van olvidando su pasado, llegando incluso a perder las palabras que los nombran, transformándose en instrumentos de trabajo sin más valor para sus dueños que el meramente utilitario.

El polvo se filtra desde las rendijas del recuerdo para colarse entre el calor que despierta en la mujer la cercanía de un hombre construido más que de sueños, quien cada que se adentra en ella para exprimirle remembranzas, inadvertidamente se va llenando de minúsculas partículas de un amor que lentamente comienza a humedecerles los cuerpos.

El agua, la gran ausente, amenaza con regresar desbordada junto con las reminiscencias que agobian a la mujer, que tras el golpeteo de su conciencia frente al engaño, se justifica ante el hombre que desde la lejanía regresa envuelto en velados reproches y responde a su vez con acedos reclamos, animada y vigorecida por el amor del sujeto atrapado por su canto imposible, inaudible, inexistente.

La madre, guardiana del recuerdo del agua corriendo en el río y la memoria de los desterrados, es sabia mujer que lanza sentencias agudas y se enraiza antes que irse de la tierra que le vio nacer, mientras el agua irrumpe borrando en bautismal baño todo rastro de dolor y ausencia, para que aquellos que fueron muertos en vida, resuciten transfigurados y purificados, libres por fin del dolor y con la sutil promesa de por fin alcanzar descanso.

Con una economía de lenguaje y extensión en su justa medida, logradas imágenes y una clara secuencia de la anécdota que progresa de manera armónica, el texto promete amplias posibilidades para que algún valiente director aborde este actual tema desde una perspectiva eficaz y –lo que se agradece sobremanera-, nada truculenta.


sábado, septiembre 08, 2012


DIGO YO…desde el Solana
Tampico, tam. 17-24 de agosto 2012

LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi

Woyzek

Teniendo como punto de partida un texto situado en el contexto europeo, La Compañía de Teatro del Espacio Cultural Metropolitano presentó una función más de su montaje “Woyzek”, que bajo la batuta de Sandra Muñoz, entrega un trabajo de alta factura para goce y disfrute de su público, que logra conectar con las pulsiones universales que todos re/conocemos.

La directora vuelve a apostar por el peso de la fisicalidad en escena, sello distintivo de su compañía y firma inequívoca del trabajo de Muñoz, que en esta puesta en escena alcanza bordes magistrales en cuanto a la composición escénica.

Sin embargo, sentando ella misma los altos estándares para el desempeño de sus actores, expone al montaje a trastabilleos originados en la falta de consistencia de algunos de los actores y actrices que no logran sostener las extenuantes exigencias de la dirección.

Con una directora que sabe lo que quiere y actores que entienden lo que se busca, los escollos comienzan cuando se logra advertir que los niveles actorales no alcanzan el mismo grado de brillantez, haciendo más evidentes las mínimas fallas y áreas de oportunidad que el trabajo presenta.

El dominio escénico, la habilidad física, el manejo de voz y volumen, la comprensión intelectual y emocional del personaje al que llegó Víctor Zavala, es la referencia obligada que el mismo montaje nos señala como meta a alcanzar, y en cuya persecución algunos miembros de la compañía se quedan atrás.

Con un magnífico diseño de vestuario para dibujar a los personajes y un fondo musical pertinente y logrado, el espacio que delimita la escenografía va transformándose a lo largo del montaje con algunas secuencias que bien pudieran obviarse y/o eliminarse para que la historia fluya con mayor agilidad.

Ante una completísima propuesta que ofrece una lectura minuciosa y múltiples capas de niveles y posibilidades, es menester que con el mismo rigor que se ataca el entrenamiento físico o el trabajo intelectual, se trabaje el entrenamiento vocal, el cual requiere de crecimiento y desarrollo, o que se pulan las secuencias de slow motion que no son logradas, como solo un par de ejemplos de fragmentos del montaje en los que cabe el pulimento.

Habiendo sido delineados con tanta precisión los linderos de compromiso físico e intelectual, resulta obligado que el dominio del instrumento actoral se consiga con homogeneidad, lo cual ayudará a que los trozos rítimicos de la pieza mantengan consistencia y consumar con eficacia la magistral propuesta de la directora, sostenida en la entregada y comprometida ejecución de los artistas, cumpliendo asi la premisa teatral del montaje como proyecto inacabado y en perpetua re/construcción y perfeccionamiento.


viernes, septiembre 07, 2012


DIGO YO…desde el Solana
Tampico, Tam. 17-24 de agosto 2012


LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi


La danza circular de María


La primera de las lecturas de atril inscritas en el marco del XXXI Encuentro Estatal de Teatro, “La danza circular de María” de Medardo Treviño, es una historia de cruces y encuentros a destiempo que nos lleva a la última estación de una viajante que desde la lejana Colombia, va en pos del hijo que dejara de ver años atrás, al enviarlo hacia el norte en búsqueda de su salvaguarda.


Medardo nos ofrece un texto contundente que nos acerca en primerísimo plano a un hombre y una mujer que se tornan posibilidad para el reflejo y eco de sueños y pesadillas que cruzan los linderos de lo real e irreal, dejando bordes difusos que dificultan saber si el minucioso retrato de humanidad y crudo vistazo a los recovecos y abismos de horror a los que el alma humana llega son, o no, parte de la vigilia.


Con una sola y reiterada canción que se trasmina por los pliegues de la historia, pertinaz soundtrack de un imaginario colectivo que une pueblos y borra nacionalidades, las atroces visiones que de la historia central se desgajan, hermanan a dos pueblos en el estupor de la violencia, mostrando la cruel similitud en las profundas heridas y estragos en la gente que vive el espanto día a día.


Sutiles transiciones textuales entre los fragmentos de vidas que nos van mostrando los claroscuros del alma de una madre que vive de sueños y un sicario al que esa bendición ha abandonado, debatido entre afilados recuerdos que arañan su cordura; dos padres que se aferran a sus hijos como lastre que los ata y asienta a un mundo que se empeña en regresarlos irremediablemente al centro mismo del huracán del narcotráfico.



La luz, elemento que sienta el ritmo con su ausencia/presencia, enmarca la danza ansiosa de María luchando por su supervivencia, una María sensual y llena de vida y fuerza derramada a través de sus caderas, que mantiene viva la esperanza hasta el último instante, para al final erigirse vencedora, estoica y superior ante un captor disminuido por la fortaleza de una mujer que, frente el capítulo que da cerrazón al libro de su vida, añade a la rendición impostergable la promesa de venganza de vivir por siempre en cada recoveco de la mente de su asesino, dispuesta a habitar el infierno de su memoria, sombra voraz decidida a robarle el sosiego como él y sus compañeros hicieron con ella y sus 71 acompañantes.


Así, un leve guiño nos vuelve a situar en el marco amplio de esta historia que abarca continente y naciones, dándonos el contexto exacto de un lugar, nombre y cifra de una anécdota que pertenece ya a la historia, y a la cual Treviño nos deja observar minuciosamente, para, con un poco de suerte, reconocernos en la humanidad que se resiste a sucumbir y sobrevive en medio del horror cotidiano, ya sea en México, Colombia, o cualquier lugar del mundo.


jueves, septiembre 06, 2012



DIGO YO… desde el solana
Tampico, Tam. Agosto 2012.


LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi


RAPAZ
Parte de un selecto grupo de poco más de 40 personas, entré a la Sala Experimental del Metropolitano, para ocupar una de las sillas que circundaban un espacio de alrededor de 3 m2, apenas iluminado por dos tímidos focos; al centro, un hombre cavaba frenéticamente mientras algunas sombras oteaban desde el techo del recinto; después, una larguísima secuencia de la reiterada acción de cavar, misma que marcó el tempo ritmo que el espectáculo guardaría.
Una historia circular y fragmentada, machacada hasta el tedio, y que bien podría reducirse y compactarse en vez de redundar, pues a fuerza de abordar las distintas historias una y otra vez desde distintos ángulos y momentos, la energía se dispersa, el efecto se diluye y la atención de pierde ante un registro actoral de corto espectro y matices sencillos e inclusive planos; no quiere decir esto que no hubiese pasión y verdad en las emociones de los actores: sin embargo, no basta con “sentirlo”, sino que tiene que parecer que lo “sienten” y además lograr transmitirlo de modo veraz al espectador.
Esto solo sucede cuando hay una comprensión del texto que aporta el dramaturgo, del pretexto que es la puesta en escena orquestada por el director, y del contexto que condiciona el tema y lo ubica en tiempo y espacio. Así, “Rapaz” si bien mantiene el valor de mostrar desde un enfoque literario una realidad que todos- artistas o no- conocemos de sobra, no resulta por ello eximido de ser obligado a un rigor estilístico y de estructura que lo rasure, asiente y pula para acercarlo a la contundencia y eficacia que requiere el delicado tema que aborda.
No basta con atreverse a decir las cosas, sino que, obligados por la responsabilidad de hacerlo desde la trinchera del arte, es menester hacerlo con el rigor de la técnica y el trabajo de análisis profundo, pues son estos los elementos imprescindibles del andamiaje que sostiene cualquier propuesta escénica, y ya será entonces cuando la intuición y la pasión deban entrar a hacer su parte e insuflar de alma y vida el trabajo intelectual previo a la ejecución de la historia.
Entre más arriesgada y atrevida desea ser nuestra propuesta, conviene aplicar el mayor rigor metodológico posible, pues son estas las herramientas que delinean el tránsito por los caminos del fenómeno teatral.
Así que mis queridos amantes del teatro, nuevos o veteranos, a leer, leer y leer aún más.

miércoles, septiembre 05, 2012


DIGO YO… desde el solana
Tampico, Tam. Agosto 2012.


LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi


HISTORIA DEL OTRO LADO
De Ángel Hernández y dirigida por César Iván Martínez Gaitanos, Laberintus Teatro de Nuevo Laredo nos ofreció una pulcra puesta en escena, en la que el director logra interpretar de manera eficaz la poética del texto de Ángel Hernández, que con un magnífico manejo de lenguaje e imágenes, nos transporta hasta el mundo imaginario que una niña inventa para mantener vivo el recuerdo de su padre, ausente casi desde el momento mismo de su arribo a la vida.

Una propuesta eficaz en elementos escénicos, con un teatrino móvil que bien puede permanecer dentro del escenario antes que meterlo y sacarlo, lo que aportaría mayor agilidad; una sillita y aditamentos para lavar la ropa, lo único requerido para significar las diferentes áreas de la historia. Un acierto la economía, y un área de oportunidad el manejo de las áreas del escenario para destacar y fortalecer momentos de la historia, evitando así que los personajes parezcan de repente perderse en la inmensidad del teatro.

El teatro de sombras que utilizaron en repetidas ocasiones tuvo momentos que quedaron a deber, como la corporalidad del personaje del circo, y otros muy logrados como la imagen del hilo que une al ausente con quien lo extraña en una conversación telefónica que logra romper distancias y acercar a la niña a su padre.

La dramaturgia sostiene a una Nora Cristina, que, dada su formación de cuenta cuentos, hace exactamente eso: contarnos la historia desde una perspectiva desde fuera, como si el personaje se mirara a sí mismo hacer y vivir lo que nos va narrando, antes que lograr transmitir las emociones.

De nueva cuenta, y lo que me resulta preocupante, es la falta de unidad en el diseño del vestuario, cuya cromática y selección de estilos no lograba dibujar a los personajes principales como Nora y la mamá, y que en el caso de los servidores escénicos/manipuladores/actores simplemente no logró decirme algo claro respecto de ellos.

La realización de las marionetas, buena; mis favoritos, los bocones, y califico de arriesgado lo que algunos titiriteros conocedores calificaron como títere bodypaint. El manejo de las mismas, deficiente, lo que es aun más arriesgado y verdaderamente puede echar al traste los aciertos del montaje.

Encomiable que el elenco sea extremadamente joven e inexperto, y solo queda esperar que se mantengan en la senda del trabajo y la disciplina para lograr permanecer.


martes, septiembre 04, 2012



DIGO YO… desde el solana
Tampico, Tam. 17-24 Agosto 2012.


LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi

KAHLO, VIVA LA VIDA

Por estar entre las primeras 60 personas de la fila, me senté a la mesas como invitada al festín al cual Frida Kahlo convidaba en la puesta en escena del texto de Humberto Robles y dirigida por Mark Escrig. Al centro de la mesa, flores, una cazuelita con frijoles y pico de gallo, totopos; yo, glotona irredenta, me quedé esperando mi tequilita con sal y limón, o ya de perdis una agüita de chía. Nada; inclusive, solo algunos de los de la mesa principal alcanzaron un traguito de beberecue.
El impacto inicial de una Frida totalmente anorteñada me tomó por sorpresa; sin embargo, el buen registro actoral de Carmen García logró que dejara de esperar que en cualquier rato fuera a decir: “Vivianita, Vivianita…”, y comencé a seguirla en ese camino que yo auguraba tortuoso y lleno de claroscuros y que sin embargo, no alcanzó a arrastrarme a los abismos de dolor y desesperación del manido personaje de la Kahlo.
El texto de Robles es una suerte de alegoría en la que los asistentes a la macabra fiesta que Frida orquesta para la muerte, son espectros y sombras, tristes y dolorosos recuerdos de una vida que le ha lastimado mucho más de lo que le da para compensar sus penurias, y que en este montaje son aligerados y llevados al nivel de corporizarlos en los espectadores/invitados, con una actriz que se sienta en sus piernas, los cachondea y hasta alimenta en la boca.

Habiendo sida concebida para representarse en espacios reducidos y para auditorios pequeños, la adecuación del montaje al espacio de la sala experimental del Metro no fue bien resuelta. Los traslados a los otros dos espacios escénicos fueron complicados; yo no sabía si la obra se acababa, si había que seguirla, o qué me tocaba hacer.

El volumen de la voz, que no alcanzaba para todos los oyentes, fue un obstáculo que con un micrófono de diadema se habría resuelto, o más a la antigüita, con “voz de actriz” -como decía mi compadre Alberto López- que no quiere decir sino simplemente el acompañamiento que hace un director como pieza clave para regular y poner a tono los recursos actorales de una magnífica artista como lo es Carmen García, y a la que sin embargo se le dificultó rematar su actuación, y brindó a los espectadores la sensación de dos finales previos al final-final de la historia.

Esa falta de acompañamiento que se requiere para acotar al actor dentro de los límites del texto como partitura, y restringir la improvisación más allá de la adecuación propia de cada representación como experiencia única, evitando caer en el chito, chito, o el abuso del gag o la morcilla en la puesta en escena como principal recurso para mantener la atención del espectador.

La traslación de espacios no es la sola causa de que se haya perdido el contacto con el público, que dejaba de escuchar o ver a la actriz cuando se movía lejos o fuera de las luces, pues hasta a los de las mesas se les dificultaba seguirla en todo momento. El espacio íntimo no se condiciona rompiendo la proxemia como detonador, siendo otros los bordes a ser traspasados para conectarse en lo íntimo con cada espectador, sin obstar la distancia física que medie entre los cuerpos si lo que se toca son las almas, lo que lograba hacer a intervalos la actriz con la mía, y que un acompañamiento riguroso hubiera ayudado a pulir, sostener y elevar aún más su valiente y comprometido trabajo.

DIGO YO… desde el solana
Tampico, Tam. 17-24 de Agosto 2012.
LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi

RAPAZ

Parte de un selecto grupo de poco más de 40 personas, entré a la Sala Experimental del Metropolitano, para ocupar una de las sillas que circundaban un espacio de alrededor de 3 m2, apenas iluminado por dos tímidos focos; al centro, un hombre cavaba frenéticamente mientras algunas sombras oteaban desde el techo del recinto; después, una larguísima secuencia de la reiterada acción de cavar, misma que marcó el tempo ritmo que el espectáculo guardaría.

Una historia circular y fragmentada, machacada hasta el tedio, y que bien podría reducirse y compactarse en vez de redundar, pues a fuerza de abordar las distintas historias una y otra vez desde distintos ángulos y momentos, la energía se dispersa, el efecto se diluye y la atención se pierde ante un registro actoral de corto espectro y matices sencillos e inclusive planos; no quiere decir esto que no hubiese pasión y verdad en las emociones de los actores: sin embargo, no basta con “sentirlo”, sino que tiene que parecer que lo “sienten” y además lograr transmitirlo de modo veraz al espectador.

Esto solo sucede cuando hay una comprensión del texto que aporta el dramaturgo, del pretexto que es la puesta en escena orquestada por el director, y del contexto que condiciona el tema y lo ubica en tiempo y espacio. Así, “Rapaz” si bien mantiene el valor de mostrar desde un enfoque literario una realidad que todos- artistas o no- conocemos de sobra, no resulta por ello eximido de ser obligado a un rigor estilístico y de estructura que lo rasure, asiente y pula para acercarlo a la contundencia y eficacia que requiere el delicado tema que aborda.

No basta con atreverse a decir las cosas, sino que, obligados por la responsabilidad de hacerlo desde la trinchera del arte, es menester hacerlo con el rigor de la técnica y el trabajo de análisis profundo, pues son estos los elementos imprescindibles del andamiaje que sostiene cualquier propuesta escénica, y ya será entonces cuando la intuición y la pasión deban entrar a hacer su parte e insuflar de alma y vida el trabajo intelectual previo a la ejecución de la historia.

Entre más arriesgada y atrevida desea ser nuestra propuesta, conviene aplicar el mayor rigor metodológico posible, pues son estas las herramientas que delinean el tránsito por los caminos del fenómeno teatral.

Así que mis queridos amantes del teatro, nuevos o veteranos, a leer, leer y leer aún más.