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viernes, agosto 31, 2012



LO QUE ALCANCÉ A VER Y A OÍR…
Por Lorena Illoldi

ESTER
Ante un teatro abarrotado, me dirijo a la última fila del butaquerío, dispuesta a apreciar el montaje inaugural del Solana, solo para tristemente advertir que no iba a poder ver nada: la isóptica era fatal.

Con mal disimulo miré a los de las primeras filas, pensando en lo afortunados que serían de apreciar a detalle la obra, aunque después me dijeron que no fue así: de la cuarta fila para atrás, se comenzaba a entorpecer la visión. El resto del espectáculo fue medio ver y medio escuchar, ya que una muy deficiente dicción de los actores así como la poca significación de los diálogos, dificultaba entender los parlamentos.

Un montón de juegos escénicos y efectos muy vistosos fueron mostrados; esto que le digo, lo hago porque los de mero delante nos lo contaron. Yo, que medio veía y escuchaba, solo pude advertir lo banalizada que fue la figura de una de las grandes mujeres de la Biblia, que junto a Sara, Ruth, Abigail y Judit, entre otras, son  personajes claves en la historia del pueblo judío al tiempo que arquetipos femeninos a los cuales la dirección simplemente pulveriza en una lectura superficial y confusa de una de las grandes historias de la biblia.

La desacralización del personaje llevada al extremo del liguero en la pierna y la charla de tocador, coloca a Ester a la altura de Jezabel; la propuesta visual como cruce y remembranza de “cualquier tiempo posible inclusive el nuestro”, se diluye en un caos originado desde una dramaturgia fragmentada que no alcanza a retratar las verdaderas líneas pasionales y de tensión que la historia ya posee, mismas que no tenían que ser inventadas, sino solo dichas de otro modo, para lo cual no basta mover objetos o gritar, ni bajar telones o cualquier acción que busque el efecto por el efecto mismo, en tanto al hecho escénico no le alcance el aliento para sostenerse en la comprensión interna de las emociones e ideas de los personajes por parte de los actores.

Pero bueno, eso fue lo que yo alcancé a ver y a oír desde mi lugar…





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