MI AMIGO, COMPADRE Y MAESTRO...
ALBERTO LÓPEZ, Q.E.P.D.
Hoy son ya cinco años de su dolorosa partida, y no hay día en que no lo recuerde a mi compadrito santo...
Su vida fue siempre ejemplo; y no estoy diciendo que era un santo, no ¡qué va! Era un hijo de la chingada. Pero un hijo de la chingada leal, honesto, cabal y cumplidor. talentoso, generoso, y siempre dispuesto a luchar y trabajar por el bien común.
Fue, como somos todos, quizá algo celoso, o egoísta, o flojo, qué se yo... ¿quién no lo es? ¿quién no lo sería en esta vida? Creo más bien que la vida de uno se mide por los aciertos y logros, por lo que colaboras con el mundo, con la vida, con las personas a tu alrededor, por el amor que derramas entre tu gente, tu familia y amigos...
Alberto López fue un hombre generoso, trabajador y siempre le ponía amor y pasión a lo que hacía. Por eso lo pienso cada día de mi vida y hoy, estos primeros 5 años de su partida son un buen pretexto para recordarle al mundo que él estuvo aquí, que el pasó por esta tierra y que gracias a eso, el mundo es de verdad un lugar mejor.
Te amo mucho, compadrito, y te extraño todavía más.
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