TIEMPO REAL

Ayer vi -en versión pirata, aclaro- la película LA CASA DEL LAGO, donde aparecen Sandra Bullock y Keanu Papacito Reaves. Me gustó. No es la película que va a salvar a Hollywood, pero es una buena comedia romántica... que se cuide la Meg Ryan, la Bullock le puede comer el mandado (Si le interesara, claro; Sandy prefiere andar de productora).

Y que me pongo a pensar, sin ánimo de filosofar, en el tiempo, su brevedad, su levedad,y también el peso enorme de su marcha en nuestras vidas. No solo pensaba en los años que se avienta uno encima (yo ya dije: me rehuso a envejecer, seré FOREVER YOUNG!!!) (Advertidos). Que va.

Pensaba que el presente es el único tiempo real, que lo demás no existe. Que el futuro no es más que otro hoy, en continuo morir, y como diría el guatemalteco Arjona, los cadáveres de los minutos se nos empalman y nos acosan...

Y me dolía el pasado que no vuelve, y me angustiaba el futuro que no conozco, y que se construye sumando estos pequeños episodios cotidianos. Me despierto, voy al trabajo, me cruzo con mil desconocidos por las calles, me encuentro con los que amo, cumplo mis tareas, acabo la jornada, y planeo un mañana que al momento de despertar es otra vez hoy...

Y pienso esto porque a veces no me creo que estoy de vuelta en casa. O sí lo creo, y me parece tan lejano el ayer. Sin embargo, se que hace poco más de una semana, aún contestaba llamadas de clientes enfurecidos que me recordaban a mi santa progenitora...

Lo que me lleva a la memoria. A lo que recuerdo. A tí, y a tí, y a tí, los recuerdo. Y a aquél, y a aquella, y al otro. También a ese, y a ese otro. A todos. Y sobre todo a ti.

Pensaba en la maravilla de las encrucijadas, los encuentros, la perfecta armonía de la potencialidad de conocer a alguien y darte cuenta de que tiene TODO para ser y estar a tu lado... y por angas o mangas, ni puede ser, o deja de ser.

Pero hoy es hoy, y hoy (que Fox me vi) estoy aquí.

Hoy digo que creo en lo que toco, en lo que veo, en lo real, y del ayer, rescato la memoria cálida, el afecto, y la esperanza de reencontrarlos un día, de algún modo, alguna vez.

Estoy abierta al cambio, a lo nuevo, a lo inédito, a lo que no conozco pero espero ya.

No vuelvo a escribir de la nostalgia.

Para qué. El pasado no vuelve, lo que no fue, menos volverá.