Me despierto hasta tarde.
Muy tarde.
Muy bien.
Voy a surtir la despensa: horas caminando por los fríos pasillos, comprando todo por primera vez desde que llegué a esta ciudad.
Apenas ayer me arreglaron el refrigerador y pusieron el gas.
Mi casa está operable ya al 100%.
Casi igual yo, que me manejo en un muy buen nivel de energía, pero...
Me acaban de informar que el estrés provocado por una mudanza se supera hasta los seis meses. Es decir, medio año toma a las personas aclimatarse a un nuevo domicilio, a un nuevo hogar. Medio año para soportar las ausencias y que dejen de doler.
Eso dicen las estadísticas.
Veamos qué dice mi corazón.
2 comentarios:
Mentira, puede pasar un año sin que lo superes, sin que patees el suelo ante la imposibilidad de volver.
Pero, ¿qué chingáos!, a todo se acostumbra uno -dicen- menos a no comer.
Ei... totalmente de acuerdo...
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