www.flickr.com

martes, mayo 27, 2008

LO QUE IMPORTA

"No es lo que te pasa , sino como reaccionas a ello lo que importa".
Epícteto

Canción de cuna, de lorena illoldi
Cuadro diez
Dos enfermeras se acercan a la mujer y le colocan encima de la ropa que trae puesta una bata de hospital y la llevan suavemente hacia la cama . Ella se sienta en la orilla con sus manos en las rodillas y sus piernas ligeramente abiertas.
mujer- no tienes porque creer estas palabras porque ni yo misma las creo es que no era yo era otra la que ahí estaba era otra que no soy yo era otra pero no ésta a la que le sucedió aquello era otro cuerpo que no era el mío era un cuerpo que no me obedecía era un cuerpo que no creía lo que le decía le ordenaba que se aquietara que se olvidara de lo que los otros decían yo le aseguraba que si lo olvidábamos nada malo pasaría que me ayudara a conservar esa compañía esa sutil presencia que me daba fuerza para vivir la vida pero no escuchó y se empeñó aquél cuerpo en rechazar mi vida en vaciar de mi vientre todos los sueños y yo que sólo le pedía a ese cuerpo traidor que me diera un poco de tiempo que yo quería preguntarle a mi acompañante todavía tantas cosas cuál era su opinión de todo aquello pero ese cuerpo no entendía mis súplicas quizá porque iban mezcladas con llanto y sangre porque toda yo era un charco inmenso de miedo lágrimas dolor y sangre me sentí culpable porque sólo yo había hablado porque nunca tuve el privilegio de escucharlo y cómo podría ahora retribuirle todo lo que me había dado cómo agradecerle que me hubiera acompañado cuando los días eran largos y las nubes borrosas cuando nadie me hablaba ni me tocaba y ese cuerpo maldito no me escuchaba ocupado como estaba en arrojar de mí el recuerdo el calor la esperanza toditos mis sueños toda yo era un charco de sangre de miedo de remordimientos y me sentí culpable culpable por no poder controlar mi cuerpo por no poder convencerlo que no era cierto pero la materia es inestable ladina este mundo físico tiene sus leyes y medios y así entre crujir de huesos y rechinar de dientes ahogada hasta el respiro aquél cuerpo maldito cumplió cabalmente su tarea y al fin agitado cedió un instante y pude entonces sentir qué era la vida y supe también qué era la muerte porque yo hube de darle luz a una esperanza dormida

1 comentario:

Lauri García Dueñas dijo...

mira, me encantó. Te recomiendo que en el blog de las megáfonas te vayás al blog de Marina Ruiz y busqués (es la segunda o tercera entrada) el poema sexual más HERMOSO que yo he leído en mi vida. Te vas a morir.
un saludo y un abrazototote.