Me han robado el mar, mi brioso corcel y mi castillo de sal.
De la luna me quitaron el brillo y de mis manos las líneas del nunca jamás.
¿Qué voy a hacer ahora de mi vida?
¿Qué podría hacer sin signos en mi destino?
Si ya no tengo en la pupila tu sombra grabada,
si ya no está en mi piel tu aroma guardado,
si de mis uñas y dientes te borraste,
si mi olfato torpe no puede recordarte.
¿Qué voy a hacer sin ti, perdida?
La tinta que corre no puede inventar tu rostro,
mucho menos escribir tu nombre que no logro evocar, que ya no se si supe.
Tristemente ni el recuerdo tengo;
sólo se lo que los otros cuentan,
lo que dicen que hice,
que dije,
que maldije.
Hoy ya no tengo para protegerme ni siquiera de ti la memoria.
Lorena Illoldi,
poeta.
(a veces)
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