LO QUE MAS EXTRAÑO DE MONTERREY

1.- Mis amigotes y amigotas.
2.- ¡¡¡Los antros!!!

Ay, solo quien me conozca sabrá cuánto sufro por no tener antros cerca...
Hace más de un mes que no bailo como Dios manda.
Este bello pueblo de Ciudad Viboria carece de una infraestructura decente en materia de antros, bares y discotecas. No hay. Y las que hay no valen sorbete.

¿Mira tu que tener que meterte a un RESTAURANTE a bailar y echar relajo? (Me refiero al Callejón...)

Y si se te ocurre ir al otro antro, el mentado RINK, te arriesgas a varias cosas:
a) No hallar mesa (el antro se pone hasta el quequereque de huercos y huercas....¿qué hacemos los pobres treintones?)
b) Sudar como cerdo. Parece que no prenden los aires para que sudes y sudes y bebas y bebas más, cervezas más o menos caras...
c) Por consiguiente, te arriesgas a que te den tu arrimón de camarón gratuito. Y no solicitado, que es lo peor.
d) Y por último, y no menos peor, LA MÚSICA. Ir al RINK es someterte a la peor combinación musical posible a manos de un DJ maleta, malo, pésimo, que merece como mínimo una madriza de lo malo, malo que es como DJ. Ah, y además se atreve a estar hable y hable diciendo sandez y media.

Por todo lo anterior me tengo que recluír en fiestas particulares, donde al menos se que mi cerveza me va a costar lo que verdaderamente cuesta, no sudo como idiota y oigo la música que YO quiero.

AAAAAW..... ¡¡¡Cómo te extraño. Monterrey!!!